Campaña Descent # 2 - Defenza de la ciudad Puerto Helado y peligroso encuentro en el camino.

Tras la victoria de nuestros héroes en Puerta Norte, y tras una semana de descanso y entrenamiento, Jaes, Ronan, Nanok y Varikas se dispusieron a viajar al Noroeste, a la ciudad Puerto Helado, donde según decían las noticias Sir Alric Farrow, general del Señor Supremo estaba llevando a cabo un asedio. El viaje fue tortuoso, el frío invernal caía sobre los cansados viajeros, haciendo cada paso más dificil. La niebla, el barro y el propio cansancio hicieron dar vueltas en círculo a los héroes, y el viaje se alargó una semana adicional (doloroso evento y muy oportuno), por lo que el Señor Supremo dispuso de dos oportunidades para asediar la ciudad. Desperanzados, pero decididos a intentarlo, nuestros héroes continuaron su duro viaje, para descubrir, con alegría, que aún no era tarde. Sorprendieron al general Sir Alric con pocas tropas, lejos de la zona de batalla y aprovecharon su oportunidad. La tormenta no había amainado, y el fuerte viento era notable en la zona de batalla (-3 al alcance de las armas a distancia, las cosas se ponían duras para Ronan)

Tan cerca y tan lejos. A solo dos turnos de la ciudad, viendo impotentes como en esos dos turnos el Señor Supremo lanzaría un dado cada vez. Si conseguia sacar un incremento (el rayito, hay dos en un dado de 6 33%) Puerto Helado sería arrasada.

Dos dados lanzo nuestro Señor Supremo, por suerte para nosotros, y para que se joda con mala suerte para él no sacó en ninguno de ambos el incremento que necesitaba.

Con alegría, llegamos finalmente antes de que la ciudad fuera arrasada.

Nuestros enemigos, dos murcielagasos malvados y feos, dos hombres bestiajos, dos perracos escupefuegos y un "valeroso" general, Sir Alric Farrow

De cerca aún más feos.

Bastante pequeño el mapa, nos ofrecía la posibilidad de rodear a nuestros enemigos.

¡Malditos bastardos! ¿Osáis venir aquí a atacarme? ¡Morid, pues!

Nuestros héroes escuchan el salvaje grito de su enemigo...

...¡Veremos quien muere hoy!

 El primer turno fue bastante duro. Viendo los perros infernales, y su amplia plantilla de fuego, no podíamos esperar. Nos lanzamos a la ofensiva, sin llegar a atacar a nuestros enemigos y quedando a su alcance. Como era de suponer todas las criaturas atacaron a uno u otro héroe. Los alientos de fuego de ambos perros infernales, aún sin hacer daño directo, dejaron marcadores de "en llamas" en cada héroe, las bestias aladas a penas hicieron mella en nuestras armaduras, si bien se quedaban volando lejos de nuestro alcance. Los hombres bestia eran los que conseguian hacer más daño, que finalmente eran repelido en su mayor parte por las armaduras, causando a penas 1 o 2 de daño.

Calculadas las posiciones, los ataques enemigos se concentraron en Varikas y Nanok, nuestros pecholobos, que resistieron estoicamente cada ataque.

 En el segundo turno, nos tocaba a nosotros. Primero fue el turno de Varikas, dos golpes certeron dieron muerte al hombre bestia y el perro infernal que le habían atacado el turno anterior. Con espacio para moverse, Jaes avanzó, lanzando un poderoso ataque explosivo que acabo con tres criaturas, otro hombre bestia, otro perro infernal y el hechicero. Aprovechando sus conocimientos nigromantes, devolvió la vida al hechicero, esta vez como aliado. Las tornas se habían cambiado. Nosotros los sabiamos, Sir Alric lo sabía. Nanok se lanzó hacia el general, ambas armas en alza, y consiguió asestarle un duro golpe. Cuando le tocó actuar al Señor Supremo, descubrió que había perdido casi todas sus tropas, su general estaba tocado, y las bestias aladas a penas eran capaces de hacer dos o tres de daño, insuficiente para traspasar las poderosas armaduras de los héroes. Su huida era clara, pero intentó acabar con un personaje antes, o al menos debilitarlo. Atacó y se movio, acercándose a uno de las salidas.

Con espacio para moverse y ángulo, Jaes recita su poderoso hechizo... "Veritas Explosio"

¿Aquí no habían antes muchos más enemigos? Se habrán ido de copas... ¡AL INFIERNO!

Buenas tardes, señor general oscuro, dejame presentarte a mis dos amigas, RASCA y ZASCA.

Sir Alric debe ser fan de Ronan, pues imitó muy bien su táctica habitual, pego, daño y huyo.

Con el -3 al alcance, y las condiciones del mapa, Ronan se limito a animar a sus amigos. Había conseguido un Hacha de regreso (a lo Thor con su martillo) y no pudo probarla... Y encima se llevó dos fogonazos, por suerte solo le hicieron dos daños antes de sacar los incrementos necesarios para deshacerse de los marcadores de "en llamas"

Los héroes persiguieron al "valiente" general. Finalmente vieron impotentes como huía, y con él, los únicos puntos de experiencia que podrían conseguir. Al menos registraron los cuerpos de sus enemigos, adquieriendo 300 monedas y un nuevo tesoro de bronce (una armadura de cuero tachonada que protegía 2 sin limitar la velocidad, genial para Ronan).

¿Donde está Ronan? ¿A muerto? Me dijo que iba a explorar "valientemente" la zona.

¡Vamos Ronan, son nuestros! ¿Ronan?

Sir Alric: "¡Volvereeeee!"
Varikas: "¡Ven pa´caaaa MARICONAAAA!"
Nanok: "¡Será cobarde el tio!"
Zombi de Jaes "Aghhhgaghhh ehehchahhh"

Finalmente, con el asalto repelido, nuestros héroes cruzaron las puertas de Puerto Helado, recibiendo los vítores alabanzas y agradecimientos del pueblo, que a punto estuvieron de perecer en las últimas semanas. Los heroes fueron al templo, para ser curados ¡Y los muy cerdos nos cobraron! ¡Pero si os hemos salvado, perros! Con el ego por las nubes, los heroes decidieron seguir avanzando y entrar en el proximo Dungeon, Bosque del Mur Ciego. Sin embargo un nuevo evento interrumpio el viaje, y unos asaltantes de camino decidieron que los cuatro héroes les otorgarían un buen botín... Ilusos... ¿o no tan ilusos?

Aqui estamos, y os hemos salvado...
venid aqui, señoras de puerto helado...

La zona del combate tenía un espeial doloroso para los héroes, que perdían dos puntos de vida cada vez que apuntaban, descansaban, esquivaban, etc. Aún así, el asalto empezó bien para los héroes, en el primer turno avanzaron sin recibir a penas daño de sus enemigos. Por su parte, el Señor Supremo atacó y retrocedió, dando paso a dos perros infernales que escupieron su hálito de fuego infernal sobre los héroes. Los héroes contraatacaron, Varikas falló su ataque, pero Nanok consiguió acabar con dos hombres bestias y un perro infernal y un hechicero perecieron a causa de dos certeras flechas de Ronan, tras ser herido por un ataque explosivo de Jaes (que dejó a 1 de vida al otro perro). No hay fotos de los dos primeros turnos. Las siguientes son del tercero.

Además de lo que véis, nos atacaron otros dos hombres bestias, otro perro infernal y un hechicero.

De forma muy táctica e inteligente, el Señor Supremo se aprovechó del terrno, atacando y huyendo, usando para ello la amenaza, que se gastaban 2 como un punto de fatiga.

Aunque los ataques de los perros infernales no hacían daño, los marcadores de fuego eran altamente peligrosos.

Envalentonados, los héroes vieron como sus enemigos iban cayendo, quedando tan solo el líder. El valor y la emoción del momento hicieron que cometieran un error fatal. Varikas, aún en llamas, se quedó al alcance del enemigo, con a penas 5 puntos de vida. Al finalizar su turno, arrojó un dado, y al no sacar un incremento recibió una nueva herida. El siguiente ataque del Ogro, fue letal.

Varikas daba golpes letales, y consiguió matar al ogro, pero tenía inmortal y resurgió con la vida completa.

Creyendonos muy inteligentes, rodeamos a nuestro enemigo, cuya vida era reducida a ritmos alarmantes para él.

Nuestros dos tanques aguantando ¿estoicamente? al enemigo.

Con una pócima en la mochila, nuestro héroe más dañino cayó. Varikas es lento, tarda en llegar y no tiene ataques a distancia, pero cuando llega, sus ataques son los más letales. Sin él, estabamos perdidos.

Los siguientes turnos fueron un juego del gato y el ratón. Un duelo de ingenio entre Señor Supremo y los héroes que quedaban vivos. Para desgracia de los héroes, aunque sus movimientos eran buenos, la armadura del ogro era demasiado alta (5) además recuperaba 4 puntos por turno, y tenía 16 puntos de vida. Cuando conseguimos matarlo, por segunda vez, pasó la tirada de inmortal, y volvió con la vida al completo. La batalla era dura, demasiado dura, y al final pasó lo inevitable...

¡Correeeeeeeeeeed! Por primera vez en el juego, Ronan es el último en huir, no era casualidad... sabía que se le olvidaba algo... ¿Que era?... Ostia, Varikas

Haciendo alarde de gran "heroicidad" los heroes volvieron, recuperaron a su amigo caido y se hicieron una de las preguntas que más personas se han hecho a sí mismos, o mejor dicho, a una parte de su cuerpo Piernas, ¿Para que os quiero?

Finalmente volvimos a Puerto Helado, donde descansamos toda una semana. Como recuento de la partida, el Señor Supremo había conseguido 9 puntos de victoria, nosotros 0. La balanza giraba en favor del Señor Supremo, pero nuestros héroes no se iban a dar por vencido.

Arriba, de izquierda a derecha, Jaes (Luis), El Señor Supremo (Rafa) y Ronan (Yo mismo, Yeray), abajo, en el centro, Nanok (Rodrigo).